No perdonan a nadie ni por edad ni por condición social, aunque el grupo más vulnerable a sus síntomas son los niños pequeños y los ancianos.
Son ocasionadas por varios motivos que pueden ser desde orgánicos y psicológicos, pero principalmente son causadas por bacterias, virus o parásitos que penetran al organismo por medio de alimentos y agua contaminada principalmente con materia fecal, que también se disemina por el ambiente, sobre todo en temporada de calor.
Entre los principales microorganismos que las ocasionan están: la Salmonella, la Escherichia coli, la Shigella, las Giardias y las temibles amibas.
Las principales manifestaciones son:
- Fiebre.
- Dolor estomacal o abdominal (cólicos).
- Náuseas.
- Vómito.
- Diarrea.
- Constipación o estreñimiento.
Los órganos que son afectados con mayor frecuencia son: el esófago, el estómago, el duodeno, el ano, el recto, el páncreas y los intestinos, el delgado y el grueso.
Entre los estudios para identificar exactamente el tipo de problema, están los de sangre, materia fecal, endoscopías, radiografías y ecografías, además de la exploración física y la historia clínica.
Entre las enfermedades más comunes, están: la Colitis, el Reflujo Gastroesofágico, el Colon irritable, la Hepatitis C, la Salmonelosis, Amibiasis, Gastritis, Úlceras, Cálculos biliares, Agruras o pirosis y otras más.
Todas estas enfermedades se previenen con:
- Higiene y preparación adecuada de alimentos.
- Evitar comer en la calle o en lugares poco higiénicos, cerca de animales o de personas cuya higiene evidentemente es mala.
- Lavar las manos antes de comer y después de ir al baño.
- Hervir el agua y dejarla reposar durante media hora o tomar agua embotellada.
- Lavar bien frutas y verduras y desinfectarlas con unas gotitas de cloro antes de enjuagarlas bien.
- Revisar bien las fechas de caducidad y calidad de los empaques de los alimentos que consumimos.
Causas
Las gastroenteritis pueden deberse a múltiples motivos. La más común es un virus que se propaga rápidamente en diferentes ambientes a través del agua, alimentos contaminados o de persona a persona. El agente etiológico también puede ser bacteriano o parasitario. Las bacterias que más comúnmente causan gastroenteritis son los géneros de Salmonella,escherichia, Shigella y Campylobacter. Las bebidas y los alimentos contaminados por microbios también pueden producir gastroenteritis. La ingestión de hongos o de frutas silvestres no comestibles que contienen sustancias tóxicas, así como los excesos en la comida o en la bebida, y de ciertos medicamentos, como las aspirinas, laxantes, etc. puede dar lugar a distintos tipos de gastroenteritis. Algunas personas son alérgicas a ciertos alimentos, tales como los mariscos, los huevos o la carne de cerdo, entre otros, lo que puede provocarles gastroenterocolitis. Otra causa posible de esta enfermedad es la alteración de la microbiota bacteriana natural del tracto digestivo. También los antibióticos pueden tener un efecto parecido, ya que actúan sobre la población bacteriana intestinal, alterando su equilibrio natural, es importante precisar que en un inicio la sintomatología de una gastroenteritis es muy similar a la de un diagnostico de apendicitis por lo cual es importante el control posterior y los exámenes de sangre respectivos.
Síntomas
La pérdida de apetito y las náuseas, seguidas de diarrea abundante, son los primeros síntomas de una gastroenteritis. Poco después se producen accesos de vómito y movimientos intestinales, con diarrea acuosa, dolores y espasmos abdominales, fiebre y extrema debilidad. Las emisiones fecales suelen ser muy líquidas y, algunas veces, si la enfermedad se prolonga mucho tiempo, pueden llegar a contener sangre y mucosidades. Por lo general, los síntomas desaparecen después de dos o tres días. La diarrea y los vómitos que se presentan en un ataque de gastroenteritis originan una rápida pérdida de líquido y de elementos químicos, como sodio o potasio, lo cual puede causar una deshidratación grave, que alteraría la función química del organismo y, si no se remedia, puede afectar la función del hígado y de los riñones. Los riesgos son mayores en el caso de los niños, sobre todo de los menores de 18 meses, y también en los ancianos.
Medidas preventivas
- Lavarse las manos después de utilizar el sanitario y antes de comer.
- No consumir alimentos en lugares poco higiénicos.
- Evitar la proliferacion de insectos dañinos como las moscas y cucarachas en las alacenas de alimentos.
- Tomar sólo agua hervida o debidamente esterilizada.
- Tapar adecuadamente los depósitos de basura.
- Lavar con agua y vinagre los alimentos a consumirse crudos (hortalizas, frutas, verduras, u otros abarrotes).
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